Ensoñación
Si hemos sido bendecidos con la imaginación, con la facultad de crear mundos alternos con hechos fantásticos que no podemos hacer realidad... ¿por qué no explotarlo ahora?
Hoy tuve una bella ensoñación mientras preparaba mi desayuno y vi hacia afuera, donde estaba esa hermosa mañana fría, con el tímido cielo ocultándose tras las nubes.
Es de mañana, despierto a tu lado. Estamos desnudos y sólo puedo ver tu espalda y tu hermoso cabello. Eres lo primero que veo en la mañana y eso me hace feliz. Es una bella forma en que el la vida me dice: "¡Buenos días! Bienvenido a la felicidad". Estoy recién despertando y ya no puedo contener la felicidad de tenerte a mi lado, y se me escapa una sonrisa -aún media adormilada- como si tanta alegría necesitara salir hacia el exterior. Veo que sigues dormida, con tu rostro radiante de aquello que tienes dentro de ti, algo bello que hizo que me enamorara de tan grandiosa persona. No quiero despertarte, pero necesito abrazarte. Pongo mis brazos alrededor de tu cintura, mi cuerpo se aproxima al tuyo, luego te acomodas dentro de mi abrazo que te envuelve. Despiertas un poco y me saludas. Yo te respondo con susurros en la nuca, para luego decirte que sigas durmiendo, que yo protegeré tus sueños. Te ríes un poco. Te beso el cuello y sigues durmiendo.
Pasan algunos minutos y la luz ya está entrando por la pieza. En ese momento, sé que debo servirte un rico desayuno que te encantará. Voy a preparar el jugo natural, mientras hago algunos ricos panqueques como regalo de buen día.
La mañana está nostálgica y hermosa tras la ventana. Las hojas de otoño caen para bañar el ambiente de belleza natural. Todo el mundo es una invitación a que tengamos un hermoso día juntos, con el calor de nuestro amor. He llegado con la bandeja a la cama, te despierto haciéndote cariño en tu carita y tu pelo. Abres un poquito los ojos y alcanzas a ver tu desayuno servido. Sonríes y muerdes un poco tu labio inferior, se forman tus margaritas, tan bonitas señales de tu felcidad. Ver todo eso en tus ojos sólo hace que me enamore más. "Buenos días, niña linda. Acá está su desayuno".
Hoy tuve una bella ensoñación mientras preparaba mi desayuno y vi hacia afuera, donde estaba esa hermosa mañana fría, con el tímido cielo ocultándose tras las nubes.
Es de mañana, despierto a tu lado. Estamos desnudos y sólo puedo ver tu espalda y tu hermoso cabello. Eres lo primero que veo en la mañana y eso me hace feliz. Es una bella forma en que el la vida me dice: "¡Buenos días! Bienvenido a la felicidad". Estoy recién despertando y ya no puedo contener la felicidad de tenerte a mi lado, y se me escapa una sonrisa -aún media adormilada- como si tanta alegría necesitara salir hacia el exterior. Veo que sigues dormida, con tu rostro radiante de aquello que tienes dentro de ti, algo bello que hizo que me enamorara de tan grandiosa persona. No quiero despertarte, pero necesito abrazarte. Pongo mis brazos alrededor de tu cintura, mi cuerpo se aproxima al tuyo, luego te acomodas dentro de mi abrazo que te envuelve. Despiertas un poco y me saludas. Yo te respondo con susurros en la nuca, para luego decirte que sigas durmiendo, que yo protegeré tus sueños. Te ríes un poco. Te beso el cuello y sigues durmiendo.
Pasan algunos minutos y la luz ya está entrando por la pieza. En ese momento, sé que debo servirte un rico desayuno que te encantará. Voy a preparar el jugo natural, mientras hago algunos ricos panqueques como regalo de buen día.
La mañana está nostálgica y hermosa tras la ventana. Las hojas de otoño caen para bañar el ambiente de belleza natural. Todo el mundo es una invitación a que tengamos un hermoso día juntos, con el calor de nuestro amor. He llegado con la bandeja a la cama, te despierto haciéndote cariño en tu carita y tu pelo. Abres un poquito los ojos y alcanzas a ver tu desayuno servido. Sonríes y muerdes un poco tu labio inferior, se forman tus margaritas, tan bonitas señales de tu felcidad. Ver todo eso en tus ojos sólo hace que me enamore más. "Buenos días, niña linda. Acá está su desayuno".
