jueves, mayo 15, 2008

La incertidumbre de este problema...

No sé qué puedo hacer ante esto, los hechos le dan un golpe más fuerte a mi razón que el amor a mi corazón.
Extrañaré el dulce sabor de esos labios que besaron a tantas otras personas. Extrañaré ese cuerpo que tantas otras personas han, de alguna u otra forma, disfrutado. Sin embargo, extrañaré aun más a esa dulce persona y exquisita alma que sólo yo he alcanzado a conocer.
No tengo mucho que hacer, hemos acordado que te haré caso. Es un fantasma que sé que me costará mucho exterminar. Lo intentaré, aunque temo el fracaso.
Te amo, te amo y eso es innegable. Me cuesta tenerte a mi lado con esas marcas en tu cuerpo, llagas como las que cargo en los brazos a mi pesar.
Odio hoy y siempre he odiado a esa generación perdida en la lujuria y característica por ser orgiástica. Me da asco, es una generación asquerosa. Es lo más bajo del hombre, la vida de los instintos hasta hacerlos animales culpables. No soporto esa realidad y eso es muy complicado de remediar. Es un ambiente que me asquea. Te amo por otras razones y es por eso que esas condiciones no se oponen a lo que siento por ti.
¿Qué más puedo decir? En este minuto nada, porque cuando pienso en cuánto te amo, mi pensamiento se fuga y las ideas se estancan.

Los fantasmas del pasado.

Es un fantasma... o quizá sean muchos, pero parece uno. Da lo mismo su número. Odio su presencia, aunque odio más no saber cómo exterminarlo. Sus apariciones son terroríficas, y no sé cómo evitarlas. Definitivamente odio a ese fantasma. Y una de las peores cosas es que, si bien sé que por ser fantasma "fue" y no "es", no logro comprender por qué lo veo. ¿Por qué apareces? ¿De quién es la culpa de que no estés bajo tierra? ¿Seré yo tu creador? En eso hay algo terrorífico.